lunes, 30 de abril de 2007

Que pena

Anoche mientras caminaba por la zona colonial, se acercó un señor de nacionalidad haitiana, de unos 35 años aproximadamente, me solicita que le ayude con dinero, para llegar a su casa y es en ese momento que me cuenta su historia:

Había pasado cinco días en la cárcel, sin haber cometido ningún delito, sin ver a sus familiares, ya que estos no se pudieron enterar de la situación, y la impotencia, que todavía es peor.

El trabajaba en el sector de la construcción, y un señor lo contrato por 5,600 pesos para que le hiciera una habitación en su casa, una vez concluida la obra, le reclamo que le pagara y la respuesta que recibió de este fue que lo encarcelo.

Cuando me entero de actitudes como esas, de parte de mis conciudadanos, con personas que son iguales que nosotros, o talvez mas trabajadores, me da mucha pena, lastima y vergüenza de compartir con ellos el mismo pedazo de tierra. Todos conocemos que los haitianos no piden en las calles, sino que salvo algunas excepciones, vienen a trabajar, a realizar cosas que nosotros no las hacemos y a muy bajo precio.

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