A escasos segundos

El lugar es temido y tétrico. Es como si hubiera elementos pero su presencia pasa inadvertida. Cuando estás ahí se te acelera el corazón y solo piensas si llegarás a salvo a tu casa. Cada segundo que pasa es eterno. Las gotas de sudor te circulan por la piel, debido al nerviosismo que embiste a tu cerebro en el instante. Las historias acerca del lugar son cuantiosas y en la mayoría de los casos negativas. Vienen carros y pasan carros, tú esperas por uno. Se te cansa el dedo haciéndole señas a los carros. Por fin aparece uno, cuando se detiene, oh Dios, no va por el trayecto que tú vas. Continúas esperando. Sientes que va a suceder, eso a lo cual le temes que te pase en dicho lugar, a lo lejos se ven dos sombras aproximándose con cierta rapidez. No ves a nadie en el eje, y las sombras casi te cubren por completo. Pero suspiras cuando por fin un carro se detiene y va por tu trayecto. Sientes un aura de triunfo, de satisfacción y a la vez sentimientos encontrados. Estuviste a escasos segundos de ser una de las 150 victimas que por día son atracadas y ultrajadas en nuestra selva.