jueves, 3 de mayo de 2007

Mi primer empleo

Cuando salí del bachillerato, no tuve tiempo para vacacionar pues de una vez me enfrasqué de lleno en la universidad, gran error, porque hubiera sido mejor descansar en vez de comenzar de una vez para acabar en el mismo tiempo. Cuando terminé el primer cuatrimestre en la universidad, le dije a mi mamá que me consiguiera algún trabajito de por lo menos un mes, en lo que entraba de nuevo a la universidad. En seguida llamó a unos cuantos amigos y me consiguió un trabajito en una imprenta.

Al otro día voy yo con Pantalón de tela, zapatos y camisa para mi nuevo empleo.

- Buenos días, yo vengo buscando a Ramón.
- Si, pasa, soy yo, como estás?
- bien
- y porque viniste con esa ropa, porque es a fajarte allá atrás que tú vas, con hojas y tinta y eso.
- Le dije, pues a las 12 en mi hora de almuerzo yo me voy y vengo con ropa de pelea.


Efectivamente a las 12 del día arranqué para mi casa y me puse una ropa para trabajar con todas esas vainas, aunque me habían dicho que era como digitador el trabajo. Me llevan para allá atrás y me explican el proceso de todo eso, pero nunca cojí, hasta que un día me monté en mis g….. y hablé con el jefe, le dije que yo no sabía nada de ese asunto, que yo lo que sabía era digitar y me puso como digitador. Estaba en mis aguas ahí. Pero ya se acercaba el día de la quincena.

Me puse contento pues iba a cobrar mi primer sueldo. Cuando llega el día del pago me pasan un sobre conteniendo el dinero, de una vez lo abro y que sorpresa me llevé cuando conté el dinero, RD$ 750.00 pesos había en el sobre. No era lo que me esperaba porque como diablos en el año 2000 a un digitador le pagaran esa suma quincenal luego de haber digitado más páginas que el diablo. De ahí para allá no duré más de 3 días hasta que le entregué la carta de renuncia al jefe. Él sorprendido me preguntó que porque me iba. Le dije que yo con el trabajo no tenía mucho tiempo para dedicarme a estudiar, por lo que me iba a estudiar. Que pregunta la de ese abusador, explotador. Me dijo que tenía las puertas abiertas por si quería volver. Por mí la hubiera dejado cerrada. Que ironica es la vida, ahora me quejo porque gano poco…

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