miércoles, 23 de mayo de 2007

Son unos perros con ropa

Era un general sencillo, le gustaba manejar su vehículo, no usaba placa oficial y andaba en la ciudad como un ciudadano más. Un día, ya que su puesto lo requería viaja con un amigo hacía la ciudad de Dajabón a verificar un trabajo. En el camino, se aparece un policía en un Busca Moro en muy mal estado (un motor Honda C70) y le cae detrás ordenándole que se detuviera. Son de estos policías de transito que están en la carretera buscándose lo suyo, el diario vivir de nuestro país. El señor un poco asombrado detiene su vehículo y procede a bajar el vidrio, cuando el señor de transito le dice:

- Pero venga acá, uté quería evadí a la autoridad era. Uté no tá viendo que e a un cabo que uté le tá juyendo.

El militar procede a seguirle su juego.

- Yo no me detuve porque no vi que estuviera cometiendo ninguna falta grave. Yo ando en orden.

- Yo no tengo que ve con esa vaina, déme lo papele del vehículo, la licencia, la cédula, déme hata la palmita.

- Mira muchacho yo voy rápido, me están esperando en Dajabón, yo te dije que estoy en orden y no he cometido ninguna falta. Yo solo soy un simple ciudadano que quiere llegar a una diligencia.


El amigo está sorprendido viendo la situación, pero no le dice nada al cabo.

- Señor, ya le dije que me de tó’ lo papele, si no lo tiene acompáñeme entonce al detacamento má cercano.

- Mira muchacho apuesto a que tú no sabes ni leer, pero mira mi carnet ahí para identificarme.

- No, que e eta vaina. Yo no entiendo eso, acompáñeme pal detacamento.

El general le dice al amigo:

- Ves que te lo dije que no iba a saber leer.

- Mira mi hijo, yo soy un general.

Esto le cayó como un balde de agua fría al cabo. Automáticamente se puso en atención y le hizo más de 5 saludos. Le pidió muchísimas disculpas, pero por lo visto no valían de nada.

- Tú sabes porque no te voy a perdonar, porque si yo hubiera sido un civil, tú agarras y me ultrajas aquí sin yo tener ninguna falta, ni andar violando la ley.

El general agarró su celular, hizo unas cuantas llamadas y en cuestión de 10 minutos llegaron 3 patrullas de la Policía Nacional. Desarmaron al policía y se lo llevaron preso. Pero es que un Policía es un perro con ropa, porque este señor le habló durante mucho rato amablemente, pero ellos creen que tienen a Dios agarrado por los granos.

2 comentarios:

Jesus dijo...

jajajaj, oye eso a un cabo.jajaja

Ariel Santana dijo...

Los militares también se creen dueños del país